•
No
utiliza la experimentación controlada sino la experiencia cotidiana
de la vida.
•
Tiene
voluntad integradora, no persigue únicamente la especialización. Le
interesa decir algo que de una respuesta a todas las grandes
preocupaciones humanas y no sólo a una cuestión determinada.
•
Reflexiona
sobre sí misma constantemente en una crítica incesante desde hace
2500 años.
La Filosofía no es Religión porque:
•
No
se constituye a través de la revelación mediante libros sagrados ni
mediante el relato de los mitos, sino a través de la experiencia
humana normal y corriente.
•
No
exige tener fe sino capacidad y voluntad de reflexión.
• No es un
saber soteriológico (que asegura una salvación o redención) sino
que es un saber de comprensión de lo real.
• No se expresa en un
corpus de doctrinas que hay que aceptar sino que se presenta
desarrollando las ideas en un discurso, ideas que deben ser
defendidas con argumentos.
La Filosofía no es Literatura, aunque algunas de las más grandes obras literarias hayan sido obras filosóficas (ejemplo: cualquier diálogo de Platón), porque:
•
No
se centra, en su contenido, en dar gusto estético o entretener a
quien lee.
•
La
ficción no le interesa. Si aparece la ficción es con un fin
didáctico, para que sea más fácil asimilar lo que se dice, no para
crear una historia interesante.
•
No
busca ser original. A veces lo es (y tanto que cambia el curso de la
Historia). Pero no se busca impactar con “algo nuevo y nunca visto”
sino decir algo que es necesario decir.