Después de Kant, la filosofía contemporánea da lugar a la aparición, en el siglo XIX, a múltiples corrientes entre las cuales destacan por su repercusión actual (siglo XX hasta nuestros días) el materialismo histórico (inaugurado por Marx y Engels) y el vitalismo de Nietzsche. Ambos, junto a Freud, conforman lo que el filósofo contemporáneo Paul Ricoeur llamó el "Magisterio de la Sospecha". Antes de la muerte de Kant, algunso filósofos como Fichte ya intentaron rebasar otra vez los límites del conocimiento que el mismo Kant estableció en la Crítica de la razón pura (entre otras obras). Con el tiempo surgió un nuevo Idealismo qu en lugar de entender la Dialéctica como el ascenso individual a un estadio superior del conocimiento (Platón) la concibe como un proceso histórico que se da a lo largo, pues, del tiempo, que es colectivo (de la Humanidad) y que solo es posible por resolución de la tensión entre contrarios por medio de síntesis (por ejemplo, en Hegel, la síntesis entre el desinterés que caracteriza a la familia y el interés sin el cual no es posible la sociedad civil se resuelve en la síntesis del Estado de Derecho). Para este Idealismo lo que hay detrás de los fenómenos no es "algo" que no pueda conocerse en absoluto sino un "absoluto" (una Idea que se desvela y desenvuelve en la Historia Universal) que no es meramente "algo". Ese Absoluto es una Idea en un sentido platónico (no moderno racionalista-empirista) en la medida en que es real (no una representación). La Idea va conociéndose a sí misma a través de la Historia natural y social saliendo de su alienación, es decir, tomando conciencia de sí tal como es y no bajo la apariencia de otra "cosa": mente, materia, espíritu, cuerpo, etcétera... Este proceso es racional pero solo se comprende al final del mismo ("Todo lo real es racional y todo lo racional es real", dice Hegel). Esto quiere decir que las Ideas de la Razón que Kant expone en la "Dialéctica trascendental" son solo momentos del despliegue de la Idea.
A esta forma de pensar se opone radicalmente el pesimismo de Schopenhauer. Este autor entiende la distinción entre el fenómeno y lo que hay "detrás" (el noúmeno, de nous, intuición intelectual de la que hablaba Platón; la que, según Kant, no se puede de ningún modo tener) como interpretable desde el legado de la filosofía oriental: lo que conocemos es pura apariencia (una representación) y tras ella está la Voluntad, la auténtica realidad que sólo se manifiesta una vez caído el "Velo de Maya". El sufrimiento es el destino de la Humanidad mientras viva bajo las apariencias.
Textos para comentar (los de las imágenes), sin comentarios manuscritos del blogger (donde este dice "razón pura" quiere decir "razón pura teórica" del mismo modo que donde dice "razón práctica" quiere decir "razón pura práctica") y en calidad imprimible, aquí.
A esta forma de pensar se opone radicalmente el pesimismo de Schopenhauer. Este autor entiende la distinción entre el fenómeno y lo que hay "detrás" (el noúmeno, de nous, intuición intelectual de la que hablaba Platón; la que, según Kant, no se puede de ningún modo tener) como interpretable desde el legado de la filosofía oriental: lo que conocemos es pura apariencia (una representación) y tras ella está la Voluntad, la auténtica realidad que sólo se manifiesta una vez caído el "Velo de Maya". El sufrimiento es el destino de la Humanidad mientras viva bajo las apariencias.
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