"No hay manera de escapar a la filosofía […] Quien rechaza la filosofía profesa también una filosofía pero sin ser consciente de ella." Karl Jaspers, filósofo y psiquiatra. "There is no escape from philosophy. Anyone who rejects philosophy is himself unconsciously practising a philosophy." [Karl Jaspers, Way to Wisdom 12 (New Haven: Yale University Press, 1951)]

Sócrates y los sofistas


El verbo sophídsesthai, "practicar la sophía", sufrió una evolución y acabó por significar algo así como "embaucar". La derivación del sustantivo sophistés se usó en principio para referirse a los sabios, de hecho, así llamó el historiador Heródoto a Pitágoras.  También se llamaba así a los mousike y a los poetas y, en general, a todos los que ejercían una función educadora. El uso peyorativo, despectivo, empezó a tomar forma en el siglo V a. C.  El desprecio con el que los sofistas eran tratados se debía a que decían saber cómo enseñar las técnicas necesarias al aspirante a gobernar, lo cual creaba desconfianza.se usó en principio para referirse a los sabios 


En el ambiente del siglo V antes de Cristo, en un momento en que todo era sometido a las normas de la razón, era proverbial la seguridad y el orgullo sofista en el poder del individuo y de su razón. Los sofistas se consideran profesionales de la educación, cobran por impartirla y “venden” su conocimiento como el único remedio a los peligros que acechan a la comunidad, remedio cuyo administrador será el político que se quiera dejar instruir por ellos.
Pues bien, en relación con este ambiente y con este tipo de personaje, surge la figura de Sócrates manteniendo una posición no radicalmente opuesta sino diferente.  Tales diferencias no fueron siempre bien comprendidas por sus contemporáneos.


Señalaremos algunas:

- Los sofistas son codiciosos de dinero y se hacen pagar por sus lecciones. Sócrates, que no se consideró nunca un sabio, jamás pidió dinero a cambio de sus enseñanzas.

- Los sofistas tienen un afán profesional por adoctrinar y modelar el alma de los jóvenes. Sócrates siente horror ante la caza del alma: el alma, es algo que no confiaría ni a mi padre, ni a mi hermano ni a ninguno de mis amigos.


- El sofista cultiva un arte de apariencia y es un forjador de imágenes.  Lo que enseña al politico se parece más a un asesoramiento de imagen y de discurso que a un conocimiento que busque las causas y fundamentos de las cosas humanas y naturales.  En cambio, Sócrates busca la liberación de esta frivolidad acudiendo a la dialéctica: más vale lograr poco, pero auténticamente bueno, que mucho pero equivocándose.

- Los sofistas, según Sócrates, llenaban a la gente de dudas sobre las leyes y la religión de su ciudad. Ante tal orientación, Sócrates concentró toda su atención no en problemas de tipo práctico, sino en el intento de averiguar qué son ciertamente los conceptos que los sofistas enseñan a usar a los aspirantes a politicos, conceptos que consiguen tocar la “fibra sensible” del pueblo –en esto consiste la demagogia de los sofistas, como la actual de los “panfletistas” y “agitadores” políticos-.


- Sócrates dejó para los sofistas el apelativo de “sabios”, como sinónimo de aquellos que son capaces de tomar lo que a cualquiera le parece mal y consiguen hacerlo aparecer como bien, y tomó para él el nombre de filósofo, es decir, el que persigue, ama, a la sabiduría.

- Por último, para Sócrates el hombre no nace libre sino dentro de la historia y vinculado a su ciudad. Todo lo que rodea al hombre (familia, sangre, religión, etc.) es lo que lo sitúa al hombre sobre una raíz. Sócrates está muy lejos del afán disolvente del sofista que predicará que el hombre nace libre y aislado.   Esta idea no volverá a tener éxito hasta Locke y Rousseau.


El método irónico-mayéutico de Sócrates

   La ironía consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice mientras que “mayéutica” viene del griego maieutiké y significa “arte de las comadronas”, arte de ayudar a procrear (a lo que se dedicaba la madre de Sócrates). La mayéutica, a partir de Sócrates, referirá también a un método filosófico de investigación y enseñanza propuesto: “Mi arte mayéutica tiene las mismas características generales que el arte [de las comadronas]. Pero difiere de él en que hace parir a los hombres y no a las mujeres, y en que vigila las almas, y no los cuerpos, en su trabajo de parto.  Lo mejor del arte que practico es, sin embargo, que permite saber si lo que engendra la reflexión del joven es una apariencia engañosa o un fruto verdadero”.

    Consiste, pues, esencialmente, en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las siguientes fases en este método:

- En un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del uso que  Sócrates hizo de este método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?...
- En segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente discutida o rebatida por el maestro.
- A continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que antes del diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los dolores que siente la parturienta antes de dar a luz.
-Tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que se investiga (la belleza, la ciencia, la virtud, etcétera).
- La discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga.

      La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien extrae de sí mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas, estos daban discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen.