"No hay manera de escapar a la filosofía […] Quien rechaza la filosofía profesa también una filosofía pero sin ser consciente de ella." Karl Jaspers, filósofo y psiquiatra. "There is no escape from philosophy. Anyone who rejects philosophy is himself unconsciously practising a philosophy." [Karl Jaspers, Way to Wisdom 12 (New Haven: Yale University Press, 1951)]

Marco histórico, sociocultural y filosófico de Locke y Hume

Gracias a Anyi, alumna del curso 2010/2011.


El contexto histórico del pensamiento de los empiristas británicos es el que corresponde a los siglos XVII y XVIII, en esta época se desarrolla un movimiento filosófico conocido como la Ilustración ("Siglo de las Luces"), concretamente desde 1688, momento en el que triunfa la Revolución liberal inglesa, hasta 1789, año de la Revolución francesa.  

Pero en cada país se desarrolla en un momento distinto y adquiere características peculiares.  En Gran Bretaña, especialmente en Inglaterra, la Ilustración se adelanta notablemente con respecto a otros países (se desarrolla el Parlamentarismo y la división de poderes así como el modelo empirista (Francis Bacon) de la ciencia que acabará triunfando en el Continente).  La parte central de esta época puede considerarse como un período de relativa tranquilidad, al estar precedido por las llamadas "guerras de religión" (las de la época de Descartes, precisamente) y seguido de las "guerras revolucionario-burguesas".  

En el plano político, allende las Islas Británicas, en el Continente, la forma más común de gobierno fue el absolutismo monárquico disfrazado bajo la forma de "despotismo ilustrado", cuyo lema será "todo para el pueblo pero sin el pueblo".  A pesar de ello, las nuevas ideas políticas que venían de la Isla irán prendiendo en toda Europa e inspirarán a los líderes de las revoluciones americana (1776) y francesa (1789), aunque en este caso cabe destacar las ideas del ginebrino Rousseau.  El absolutismo y el sistema feudal serán progresivamente abolidos.  El espíritu revolucionario culminará en Francia con el Imperio Napoleónico (que tanto impresionará a Hegel) y se extenderá progresivamente por toda Europa durante el XIX, acabando con el Antiguo Régimen y desembocando en el triunfo de las democracias parlamentarias de signo burgués. 

En relación al plano sociocultural debe decirse que hacia la mitad del siglo XVIII tuvo lugar en la sociedad europea un incremento demográfico derivado de una situación de relativa paz, una mejora de las condiciones económicas, un mayor rendimiento en la agricultura y los inicios de la Primera revolución industrial (1750-1840).  Ello va a tener consecuencias en la estructura social vigente hasta el momento: la vieja estructura estamental propia del absolutismo (que privilegiaba a la nobleza y al clero frente a burgueses, artesanos y campesinos: el Tercer Estado), estaba condenada a desaparecer.  La burguesía aumenta su poder económico y, en buena lógica, exige ciertos derechos políticos.

Los ilustrados defienden la idea de una razón autónoma y crítica, el interés por las ciencias y las técnicas (La Enciclopedia constituye un intento de dignificación de los oficios burgueses), la secularización del pensamiento, el conocimiento universal, la confianza en el progreso (con excepciones, como Rousseau) y en el desarrollo del ser humano gracias a la instrucción educativa...  Este espíritu ilustrado alcanzará a todas las manifestaciones del saber, destacando la Física de Newton y la difusión de los descubrimientos científicos gracias a las Sociedades (Royal Society), Academias y publicaciones periódicas. Ya en el XVII Francis Bacon había publicado su Novum Organum donde sugería el abandono de los esquemas aristotélicos y un mayor recurso a la experiencia para mejorar en la investigación científica.

En el Arte domina el neoclasicismo burgués, que se enfrenta a los excesos del Barroco y de un Rococó propio de una clase aristocrática decadente.  La música alcanza cotas de gran belleza gracias a autores como Händel, Mozart y Haydn.  

Finalmente, en Filosofía, el siglo XVIII comienza con el empirismo radical de Hume (frente al moderado y ambiguo Locke) en radical oposición al racionalismo de Descartes, Spinoza o Leibniz y acaba con la publicación de la síntesis de ambas corrientes en las obras de Kant.